23 de abril, 2020
LA NACION // Salud // Por Mariana IsraelSentirse ahogado en tiempos de coronavirus nos pone en alerta mucho más que antes. Lo mismo sucede con cualquier otro síntoma respiratorio, incluso una simple tos. Pero, muchas veces, son las emociones las culpables.
Los médicos están recibiendo casos de personas con dificultad respiratoria producida por la ansiedad.Crédito: Pexels
No es casual que los médicos estén reportando casos de personas con dificultades para respirar, producidas por crisis de angustia y ansiedad durante la cuarentena. "Las emociones generan una reacción física real, con aumento de la frecuencia y de la profundidad de las respiraciones", explica el Dr. Alejandro Videla, neumonólogo del Hospital Universitario Austral y miembro de la sección de infecciones de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
"La hiperventilación es un fenómeno que se genera al acelerarse el ritmo respiratorio y, en consecuencia, la persona se siente mareada, se le acelera el ritmo cardíaco y tiene sensación de ahogo", añade la Lic. Carolina Beláustegui, psicóloga especialista en psicoterapia cognitiva y trastornos de ansiedad, que observa un aumento de los síntomas ansiosos en muchos de sus pacientes.
Crisis que aparecen sin aviso
Repentinamente, en cualquier lugar o situación, a quien sufre un ataque o crisis de pánico le invade un miedo intenso acompañado de síntomas como palpitaciones, taquicardia, sudoración, temblores, sensación de ahogo o de no poder tragar. También puede percibirse opresión en el pecho, malestar abdominal, mareo o inestabilidad, sensaciones de despersonalización o desrealización, miedo a volverse loco, a perder el control, miedo a morirse, algo así como hormigueos, escalofríos o sofocación, describe Beláustegui.
"No necesariamente tienen que darse todos los síntomas. Con que se presenten algunos juntos, la persona se asusta y generalmente la primera vez termina en la Guardia", comenta.
¿Es posible distinguir si es estrés o un problema físico?
El Dr. Videla, que es consultor del Ministerio de Salud de la Nación, afirma que, para estar seguro, "hace falta una evaluación cuidadosa y una prueba terapéutica con estrategias para manejar la ansiedad, como ejercicios respiratorios, modificación comportamental o ansiolíticos, que solo deben ser usados por indicación y bajo supervisión médica".
Como los ataques de pánico pueden confundirse con síntomas de infarto, en ningún caso hay que minimizar la situación o pensar que la persona está exagerando o que es hipocondríaca. Es fundamental descartar primero causas físicas, antes de definir un diagnóstico psicológico. Sí existen algunas claves para tener en cuenta:
En el caso de infección por coronavirus, la dificultad respiratoria no suele aparecer aislada, señalan los especialistas. La acompañan otros síntomas -que en general son intensos y persistentes- como fiebre (temperatura mayor a 37,5°), tos, dolor de garganta, y pérdida de olfato o de gusto.
La dificultad respiratoria por ansiedad suele durar entre 20 y 30 minutos, y responder a técnicas de relajación.
En caso de duda, lo mejor es consultar a las líneas de ayuda o al médico de cabecera y, en lo posible, minimizar las visitas a servicios de urgencia.
Y si el problema es la ansiedad
La psicóloga aconseja regular la respiración, hacerla más pausada para intentar que el aire llegue a la parte baja del abdomen. Así, de a poco, va a bajar la hiperventilación.
"Recomendamos ejercitar esta respiración profunda varias veces al día, para tenerla 'disponible' cuando la necesitemos", señala Beláustegui. Otra de sus sugerencias es no "luchar" contra los síntomas, "y recordar que la ansiedad es como una ola, que tiene un pico pero después baja. Tiene un techo; no subirá ilimitadamente".
Aconseja especialmente en estos momentos hacer yoga, meditación o mindfulness, que son grandes complementos de la psicoterapia, y muy útiles para serenar la mente y centrarse en el aquí y el ahora. Por último, la psicoterapia cognitiva conductual brinda tratamientos específicos para la ansiedad.